Puntillas y encajes prendidos del corazón.
Hola a todos.
Hoy en Telas Divinas vamos a compartir con vosotros una experiencia de este fin de semana.
Siempre me han gustado las reuniones familiares, esas que son de corazón, donde los paripés no tienen cabida, donde la naturalidad rebosa por todos los rincones, y donde el cariño se masca en el ambiente. Esas celebraciones de nada en concreto y de todo al mismo tiempo, esos encuentros que aunque no se produzcan a menudo, nos hacen sentir que nos vemos cada día porque todo está en su sitio, como la vez anterior.
Fue mi primo Oscar quien nos comentó cómo recogiendo y ordenando las cosas de su madre, había encontrado una caja de encajes y puntillas antiguos, una maravillosa serendipia que lo llenó de repente de una fría calidez. Calor y emoción que nos hizo vivir a través del brillo de sus ojos.
Realmente era un tesoro que llevaba dormido varias décadas en el fondo de un viejo armario, de su dueña tal vez olvidada como el arpa del maravilloso poema de Bécquer. Y seguro que también en esa caja dormían ideas, proyectos de costura que nunca se hicieron, con los que hacer volar esas puntillas y encajes prendidos del corazón. Y estoy segura que que en la misma caja también reposaban ideas para hacer embozos de sábanas, bordados sobre toallas de hilo, o algún vestido de acristianar. Inspiraciones que jamás se despertaron pero que nunca dejaron de latir y que ahora amarillean como el hilo de los encajes, presas del paso del tiempo.
Bueno, espero que te haya gustado este post sobre puntillas y encajes prendidos del corazón. Y si es así, me encantaría que lo compartieras en tus redes sociales.
Muchas gracias a Óscar por compartir conmigo su tesoro y a todos vosotros por seguirnos.
Hasta pronto y feliz costura!!